miércoles, 14 de octubre de 2009

PREMIO NOBLE?

Todos sabemos que debatir acerca del premio Nobel es un pasatiempo de jubilados. La discusión sobre si Obama merece o no el premio Nobel de la paz es un tema para conversar en una plaza de Belgrano, jugando al ajedrez.
Pero dejémonos llevar por nuestras opiniones de gran DT, nuestra forma de arreglar el mundo, nuestros planes secretos para mejorar el Universo, y reflexionemos sobre el caso.
Obama es el Nobel de la paz porque “va a terminar con la bombas nucleares”. Esto dicen en la calle. Es un premio a crédito, una adivinación, una anticipación a lo que va a pasar. Pura futurología. Esos gerontes vip, que se reúnen en Ginebra, y en una sala 17 estrellas deciden que Obama, el presidente negro de Estados Unidos, va a liberar el planeta de bombas nucleares.
Qué Barack Obama merezca o no el premio lo dejamos para otra charla en alguna peluquería. Pero imaginemos que Obama se lo toma en serio y manda las 20 000 armas nucleares que hay en el planeta a Neptuno. Imaginemos que Obama logra, con su diplomacia, la estabilidad en Medio Oriente. Imaginemos que la amenaza del desastre climático sea cosa del pasado. Recién ahí el planeta habría encontrado un camino de armonía. Ya sería tarde, quizás.
El premio Nobel a hechos que aún no suceden es una muestra de que la salida es muy oscura.
Pero si las cosas cambiaran. Si todos entendiéramos que se trata de que este simpático juego en el que estamos metidos debería durar un poco más. Para esto debería haber cambios rotundos.
Pensemos que nuestras emociones están construidas sobre maravillas que el ser humano ha logrado: la música, el humor, la empatía, la amistad, el amor.
Esto tiene que continuar, y debe seguir creciendo.
Todo no puede terminar aquí.
Si somos pesimistas, es porque estamos desesperados.


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