sábado, 25 de abril de 2009

ACOSTUMBRARSE ES MORIR

Acostumbrado, resignado, abúlico. Usted se mueve lentamente en esta masa informe a la que llama realidad. Las circunstancias y acontecimientos flotan como satélites a su alrededor. El tiempo es un ruido lejano, un latido débil. Las balas zumban en sus oídos pero sigue sin inmutarse. Nada lo conmueve. Una paleta de pocos grises pinta el paisaje, cada vez más aburrido, cada vez más repetido.
Mira la misma película, sin ganas, con cortes, con muchos cortes con publicidades de shampoo, o jabón, o yogurt dietético.
Está convencido de que nada va a cambiar. Y si el paisaje no cambia mucho menos va a cambiar Usted. Usted está bien como está. No hace mal a nadie, no le desea el mal a nadie. Es más, Usted incluso le desea el bien a mucha gente. Usted quiere que le vaya bien a muchos como Usted. Y a un selecto grupo de gente distinta a Usted.
¿Porqué deberían modificarse las cosas? Somos seres del siglo XXI y ya superamos muchas pruebas de la evolución. Hace millones de años había que cuidarse de peligrosos tigres prehistóricos, por ejemplo. Smilodon es el nombre técnico de esos gigantescos gatos con dientes de sable. Podían pesar hasta 350 kilos. Eran predadores más eficientes aún que los actuales tigres y leones. Se encontraron cuevas con decenas de cráneos de hombres prehistóricos que eran atacados por estos enormes tigres.
Usted camina por la calle sin sentir este tipo de amenazas. Hay un chip muy escondido dentro de Usted que le da tranquilidad. Se siente aliviado al saber que no tendrá que escapar de las garras de un velociraptor. Tampoco tendrá que cuidarse de alguna tribu enemiga que lo secuestre y lo lleve prisionero para sacrificarlo a un maligno dios. De regreso a su casa sabe con certeza que no hay riesgo de que su pueblo sea bombardeado por aviones de algún país que es enemigo de su país Usted camina acostumbrado, resignado y abúlico. Tiene la certeza de que todo seguirá igual. Que ese humo denso en el que se mueve no se disipará. Que en definitiva nunca creyó que algo iba a mejorar. Que al fin de eso se trata. Fe que todo continúe tal como está. Gris, lento, monótono. Si no es tan malo todo ¿porqué debería mejorar?
Tenga cuidado, puede que el tigre llegue cuando Usted esté tranquilo, lavando los platos, leyendo La Razón o mirando el reloj.