viernes, 12 de junio de 2009

Acto reflejo

Una encuesta revela que la corrupción, según los encuestados, se desarrolla con mayor libertad en ambientes cómo el gobierno, los gremios y la policía. Chocolate por la noticia. También el 90% aseguró desconfiar de los medios de comunicación. En tanto el 25% dijo que en la “naturaleza” del argentino hay cierto grado de corrupción. Ahora bien, esto no es para nada nuevo. Este tipo de estudios debe dar fuerza a esos políticos de poca monta que aspiran a poder quedarse con una parte grosa de la torta. Imagine usted a ese ex peluquero de González Catán que sueña ser como Moreno, como Macri, como Moyano, como De Vido, como Barrionuevo, como Prat Gay, como Carlos Saúl…

Pero también hay casos de gente honesta. Un taxista encuentra una valija llena de guita ¿Qué hace? La devuelve. Una mujer que tiene un comedor comunitario en San Juan, encuentra una bolsa con plata, la devuelve y no quiere recibir recompensa. Un chabón en La Rioja encuentra un sobre con 137.000 dólares y ¡¿qué hace?! ¡Los devuelve! No sólo eso, sino que le dan una mugrosa recompensa de 5000 pesos y la dona a una organización.

Estos actos de honestidad emocionan a gente como Guillermo Andino, pero no son ejemplo de nada. Es simplemente un acto reflejo. Quizás estas personas soñaban con eso: “Encontrar una valija llena de guita”.
Usted va caminando por la calle, da la vuelta en la misma esquina de siempre, ve algo, se acerca, agarra la valija. Cuando llega a su casa abre la valija que está llena de guita.
Lo último que usted va a pensar es en la persona que perdió eso, porque está ocupado pensando cómo hacer para irse, rápido, lejos, a un lugar que ni siquiera usted conoce. Luego de contar toda la plata se da cuenta que en realidad no le va alcanzar para mucho, para casi nada. Hay muchas posibilidades de que su vida siga tan miserable como hasta ese momento. Si devuelve el dinero se convertirá en un héroe. En el pueblo lo van a respetar. Usted imagina una estatua, un acto con suelta de globos, su nombre en el diccionario, una medalla, un homenaje en la plaza central, una calle con su nombre.
Devuelve el dinero, le dan una recompensa que alcanza para un ciclomotor. La noticia dura dos días. Dos, ni tres, ni cuatro. Sólo dos días se habla de usted, algunos piensan que es una persona honesta. Otros, que usted es un pelotudo.

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