La hora de los feos

Llegó el momento. Cada dos años el espectro visual del ciudadano se transforma. Aburridas campañas vía pública desaparecen. Son reemplazadas por aburridos rostros de candidatos. Cruel, en el afiche, el enviado de dios promete, insinúa, amenaza, proclama el fin de todos los males. Otra vez.

Primero pintamos el infierno: el país dividido al borde del colapso social, inflación, la violencia no tiene fin. Luego, proponemos la salida del infierno. Nosotros somos los únicos capacitados para sacar al país de esta situación de caos. Cómo llegamos a esto!?
La fiesta de la democracia nos invita al sucio juego de elegir a la opción menos mala. El votante recorre los rostros de cada uno de los posibles mesías.

Feo, con nariz desproporcionada y sonrisa fingida el político posa frente a la cámara. Sus ojos tiene que transmitir algo parecido a una emoción: seguridad, honestidad, confianza. Con los valores y la cara photoshopeada el candidato se expone como única alternativa. De a poco irán reemplazando a las gigantografías de Araceli González en ropa interior. La publicidad política ocupa también el lugar de las sucias ofertas teléfonos celulares.

Paredes con slogans, pasacalles, posters colgados de árboles, panfletos. La triste artillería proselitista llenará el campo visual de consignas demagogas y prosa de departamento de marketing. Amigos del ayer hoy se enfrentan a muerte. Enemigos del ayer hoy se toman de las manos y levantan sus brazos, juntos mientras miran una multitud que los señala.

La hora del cambio llegó! Ya nada será cómo antes! Sólo tenemos que elegir entre los mejores hombres y mujeres del país quienes serán los que lleven el destino de esta tierra hasta la merecida victoria! Años de desidia se terminaran con el arribo de los lideres del mañana!

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